El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, se da al aparecer inflamación en los ligamentos que sustentan el hombro, y produce rigidez y limitación de todo tipo de movimientos de dicha articulación, sobretodo en la rotación externa, tanto a nivel activo como pasivo.

Su incidencia es de entre el 2 y el 5% de la población, mayor en mujeres que hombres, y suele aparecer entre los 40 y 70 años de edad. Aunque la causa de esta patología no está descrita, tienen más posibilidad de padecerla pacientes que hayan sido inmovilizados por fractura o lesión de hombro, pacientes con Diabetes, enfermedades ligadas al hiper o hipotiroidismo, enfermedad del Parkinson,…

El paciente siente que va perdiendo capacidad al realizar ciertas actividades de la vida diaria, como ducharse, peinarse o coger un vaso de un armario. Va perdiendo movilidad progresivamente a la vez que aumenta el dolor. Éste, suele aparecer alrededor de la inserción del deltoides y se hace más molesto en la noche, donde el paciente no puede dormir sobre el hombro afectado.

Esta sintomatología, a la vez que pruebas diagnósticas como radiografía o RMN, nos serán de vital importancia para diferenciar entre un hombro congelado y otras lesiones del hombro como pueden ser una tendinopatía del manguito de rotadores, bursitis, artropatía acromioclavicular, etc.

La lesión suele evolucionar en tres fases: una primera donde el dolor va en aumento y éste va incidiendo en la capacidad del movimiento. Ésta etapa puede durar de 6 semanas a 9 meses. Una segunda fase donde el dolor suele ir disminuyendo pero la rigidez, tanto activa como pasiva, llega a su punto máximo mermando mucho la capacidad para realizar tareas cotidianas. Esto podría alargarse de 4 hasta 6 meses. En la tercera fase el hombro va recuperando progresivamente su amplitud de movimiento y el dolor suele desaparecer por completo, aunque esto puede alargarse hasta los 2 años.

¿Como se trata el hombro congelado?

En el 90% de los casos el tratamiento fisioterápico es suficiente para conseguir una buena recuperación del movimiento del hombro y la desaparición del dolor.

El tratamiento consistirá en el trabajo de los tejidos blandos periarticulares (músculos, ligamentos, fascias, etc), movilizaciones pasivas, estiramientos y ejercicios de fuerza; así como terapia complementaria como puede ser la aplicación de crioterapia y/o Kinesiotape.